El hielo es un elemento del que los humanos no pudimos disfrutrar hasta hace bien poquito y todo gracias a los fabricadores industriales de hielo. En este artículo te contamos algunas curiosidades sobre este estado del agua. 

Un ejemplo común es pensar que el agua se congela a 0 grados. Esto es así pero con un matiz, ya que las moléculas deben agarrarse a algo para que esto pase. Así, el hielo se forma siempre alrededor de núcleos como, por ejemplo, partículas de polvo. De no ser así, la temperatura del agua debe descender hasta los 40 grados bajo cero para entrar en estado de congelación, como saben bien los fabricadores industriales de hielo.

Seguro que también piensas que, por lógica, el agua tiende a congelarse más rápido que el agua caliente. Pues esto sucede precisamente al revés, algo que descubrió Aristóteles y que no fue aceptado por la ciencia hasta nada menos que 1963. 

Otro dato muy curioso sobre el hielo es que existen no uno sino más de 10 clases de hielo, cada uno con diferentes propiedades y con funciones diferentes.

El hielo, además, tiene muchísimas propiedades curativas y es frecuente usarlo en algunos tratamientos de belleza. El hielo mejora la circulación, lo que devuelve luminosidad a la piel, calma el dolor y puede reducir hinchazones e incluso ojeras. También es un calmante natural para pieles con acné, pues reduce la inflamación y el dolor y disminuye las rojeces. 

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